miércoles, 8 de julio de 2009

¿Por qué estudiar historia?

La mayoría de los historiadores señalan a algo impersonal, que ellos llaman “fuerzas históricas,” y dicen que éstas son las responsables de lo que ha ocurrido. Como resultado existen diversas versiones sobre los hechos históricos. Que es el comienzo de las razones por la cual se debe estudiar con detenimiento.


Fuentes de la historia

En primer lugar, por medio de considerar la fuente verdadera de la información que se lee. ¿Por qué decimos eso? Porque por lo general lo que está escrito en un libro de historia moderno se refiere a cosas que sucedieron mucho antes que naciera el autor de ese libro. Él tiene que depender de información del pasado transmitida de un modo u otro. Puede aprender unas pocas cosas de la arqueología o geología. Pero por lo general la fuente ideal de información es un registro escrito, y, preferiblemente, uno compilado por un testigo presencial de los acontecimientos que relata.
Para hacer un relato coherente de la información disponible es necesario llenar los espacios y de alguna manera hay que unir todo el cuerpo del material. ¿De dónde obtiene el escritor moderno lo que se necesita para ‘llenar los espacios’?
Si es un experto en su materia, podrá hacer conjeturas en cuanto a cómo pueden juntarse en un todo relacionado fragmentos de información aparentemente aislados. ¿Es esto incorrecto? No necesariamente. Facilita la lectura de los libros de historia a la persona de término medio, proveyendo fluidez y coherencia de ideas. Con tal que el historiador informe claramente a sus lectores que tal y tal acontecimiento “quizás” o “posiblemente” o “probablemente” se haya llevado a cabo de tal y tal manera, está siendo sincero y, en un sentido, útil.
Sin embargo, algunos escritores meramente aceptan la interpretación de algún otro de lo que pasó en el pasado y la incorporan en su propio material como un hecho real. No verifican con fuentes más antiguas, de primera mano. Equivocaciones acerca del pasado, sí, falsedades se transmiten de este modo por décadas y se llegan a aceptar como un hecho real, sencillamente porque muy pocos se han tomado el tiempo o se han preocupado lo suficiente como para examinar la autenticidad de las declaraciones.

Considere un ejemplo. A los antiguos babilonios que vivieron hace diez o más siglos antes de la era común a veces se les presenta fascinantemente como poseedores de gran habilidad astronómica. Frecuentemente se les hace parecer como poseedores de un detallado conocimiento de los movimientos planetarios debido a su observación de los cielos. Como resultado a toda la cultura babilonia se le da la apariencia de haber sido altamente desarrollada y complicada. Los pueblos circundantes, por el contrario, se describen como más lentos y se asevera que progresaron solo cuando entraron en contacto con los babilonios. Pero, ¿justifican las fuentes originales esta opinión?
Bueno, no hay duda de que los antiguos babilonios tenían algún conocimiento del tema de la astronomía. El aspecto astrológico de la religión babilonia refleja esto claramente. Sin embargo, el material verídico disponible en lo que respecta a la astronomía de Babilonia se halla sobre tablillas de arcilla. ¿Qué revelan estas tablillas? Un erudito, O. Neugebauer, quien, en su profesión, trata no con lo que otros hombres aseguran acerca de los antiguos documentos de arcilla sino con los mismos documentos reales, dice en The Exact Sciences in Antiquity:
“Difícilmente hay otro capítulo en la historia de la ciencia donde exista una brecha igual de profunda entre la descripción de un período generalmente aceptada y los resultados que han emergido lentamente de una investigación detallada de la fuente del material. . . . La astronomía primitiva de Mesopotamia parece ser imperfecta . . . muy parecida a la astronomía egipcia contemporánea.”
La evidencia muestra que la astronomía babilonia no fue perfeccionada cuidadosamente como una ciencia sino hasta unos pocos centenares de años antes del comienzo de la era común.
Cuando se despoja a los babilonios del aura fascinante de oropel con la cual los han popularizado muchos escritores modernos, los hechos verdaderos se hacen valer. Aunque se sigue mostrando a los babilonios antiguos como civilizados, pierden algo de su supuesto lustre cultural a los ojos de los lectores de historia de la actualidad.
Ese mismo proceso de embellecer el pasado también distorsiona los acontecimientos y relatos biográficos antiguos. Solo por medio de ir a las fuentes más tempranas de historia antigua puede uno estar seguro de hallar los mejores hechos disponibles acerca del pasado. Pero se necesita más que sencillamente hallar registros antiguos para beneficiarse del pasado.


¿Es la fuente correcta?


Aun si actualmente un escritor puede llegar a fuentes antiguas y traducirlas apropiadamente, el punto de vista de la historia que presenta el hombre actual todavía puede ser algo altisonante. ¿Por qué? Porque las fuentes antiguas de las que él mismo depende pueden en sí estar equivocadas.
Recuerde, esos escritores antiguos posiblemente vivieron en un período muy posterior al período en el cual se llevaron a cabo los acontecimientos que describen. O, quizás hayan habitado en una parte completamente distinta del mundo. Así es que, al igual que los escritores de hoy día, ellos, también, se veían obligados a aceptar información de otra gente, ninguna de la cual era perfecta.
Además, hay que notar que los escritores antiguos tenían los prejuicios nacionalistas, las lealtades y sentimientos religiosos que son comunes a todos los hombres. Estos, también, seguramente influyeron en lo que se escribía.
Debido a las inseguridades relacionadas con parte del material presentado por los escritores antiguos, algunas personas hoy día quizás declaren que todos son intolerantes y completamente inútiles, de ningún beneficio a los estudiantes modernos. Pero ése no sería un análisis completamente apropiado.
No hay razón para creer que sus motivos al escribir eran necesariamente malos. Sin duda frecuentemente escribieron lo que realmente aprendían, sin ninguna intención de falsificar sus informes. Pero aun cuando es obvio que los escritos antiguos están llenos de prejuicios y lealtades personales, cierto material descriptivo y evidencia circunstancial pueden ser correctos y muy valiosos.
En vez de echar toda la historia a un lado como inútil, uno tiene que desarrollar esa importante cualidad... discernimiento.

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